lunes, 19 de febrero de 2018

Prepárate para la Gloria 

El 10 de noviembre de año 1992 nació Franco Nicolás Montenegro, un muchacho de aspecto humilde, de talla bastante mezquina, cabello castaño, ojos color miel, actualmente de 25 años, y con una mirada penetrante que trasmite confianza, cuando lo miras te das cuenta que lleva consigo una gran historia de dolor que lo fortaleció desde pequeño hasta el día de hoy.



Sin problemas, y con toda su fortaleza comienza a contar su historia de vida, recuerda su niñez, como la de cualquier otro, salia a jugar al fútbol, a la bolilla, a las escondidas con sus amigos, era un niño feliz, nunca le faltó nada. Vivía con su mamá Valeria Medina, su padre René Montenegro y su abuelo, Manuel Montenegro quien fue el pilar principal de sus vidas, era el sostén tanto en lo afectivo como en lo económico, lo consentía y mimaba, disfrutaba cada momento de ese agradable anciano, que le trasmitía paz y mucho amor,

"Comencé a vivir a los 9 años, dos meses antes de cumplirlos, mi abuelo falleció y todo mi mundo se desmoronó, era por la única persona que mis padres permanecían juntos y eramos una familia, al poco tiempo que se marchó porque fue deseo de Dios, fue lo que desencadenó los problemas, luego de mi décimo cumpleaños, mi mamá y papá decidieron tomar diferentes caminos, en los cuales yo no formaba parte".

Luego de su cumpleaños perdió contacto con su madre, no tenía mas opción que vivir con su padre, quien no le prestaba atención e ignoraba porque tenía una nueva mujer, mucho mas joven que él y su interés era totalmente para ella. Ante toda esta situación Franco, con tan solo 10 años, comenzó a trabajar en un taller de autos para así poder sobrevivir, el dueño del lugar decide que no trabajaría mas por su corta edad.

Poco tiempo después, se le presenta la oportunidad de poder trabajar con el tío de su compañero de la escuela, este trataba de pintar cordones de las calles en diferentes barrios de San Miguel de Tucumán, como Franco no tenía los elementos necesarios decidió hacerlos él mismo con reciclajes de su hogar, de está manera pudo conservarlo y así sustentarse durante dos años.

Un día como cualquier otro al salir de su empleo, de camino a su casa, tres personas jóvenes de sexo masculino, se acercaron violentamente y le dieron una gran golpiza para así poder adueñarse de sus pertenencias, el dinero recaudado en la jornada laboral y su celular, al resistirse recibió una fuerte patada en sus partes intimas la cual lo dejó tirado en el suelo hasta que un vecino de la zona pudo socorrerlo.

"No sentí miedo, nunca en mi vida lo hice, me dio impotencia porque me quitaron el dinero con el que yo comía y el celular que lo usaba pura y exclusivamente para tener contacto con mis compañeros de trabajo, lo primero que se me ocurrió luego de ese episodio es aprender a defenderme, era muy injusto que una persona pudiera quitarte algo que conseguí con mucho esfuerzo".

Su vida con el deporte empezó después de haber vivido ese hecho de robo y violencia, esta situación despertó sus ganas de aprender a defenderse y que nadie pudiera quitarle las cosas que le pertenecen, pero no fue lo único que despertó en él, al menos hasta ese entonces.
Comenzó con el boxeo el cuál practicó durante dos años, hasta que decidió inclinarse por el kick-boxing porque se mezclan las técnicas de boxeo con las de patadas de algunas artes marciales, esta disciplina apasionó a Franco, día a día se esforzaba para superarse a él mismo y su amor por él creció cada vez mas, le daba seguridad y sobre todo conducta, a poco de ser profesional, la falta de dinero tomó lugar en su vida quitándole no tan solo la oportunidad de continuar su vida con el deporte, sino también con los estudios, tuvo que abandonar, en primer año de la secundaria.

"No me alcanzaba para pagar el boleto, mucho menos para libros, también tuve que olvidarme de mi pasión por la pelea, la mayoría de los días iba a dormir sin haber comido absolutamente nada, quizá solo un sanguchito y eso mantenía mi estomago entretenido, a veces solo de queso, otras de tomate o lo que conseguía, no me hacia problemas porque fue la vida que me tocó y tenía que aprender a sobrellevarla".

Muchas veces iba a comer en los merenderos de una iglesia ubicada en la Avenida América, en ella concurría gente de bajos recursos, poco a poco por una cosa u otra Franco conoció la fe y la depositó en Dios, se enfocó en sus creencias y todos los días pedía mejorar su situación económica, en algún momento todo iba a mejorar.

Cumplía sus 15 años cuando tocaron la puerta de su casa y para su gran sorpresa luego de cinco años apareció quien le había dado la vida, su mamá, quería disculparse y dar explicaciones de lo que había ocurrido.

"No quería saber nada, al verla ahí parada como si nada hubiera pasado, despertó mi enojo, tristeza y decepción, sus palabras estaban de más en ese momento no sentía la necesidad de escucharla, luego de unas largas horas logró convencerme, la escuché; se fue porque no tenía dinero para mantenerme, ni siquiera donde vivir, su pensamiento era que iba a estar mejor con mi padre, porque ella no tenía nada para darme, el llanto se apoderó de mi y lloré como nunca antes lo había hecho, la perdoné porque la extrañaba mucho, quería estar con ella, sentir su amor, pero otra vez me dejó cuando se lo dije, esta vez su pretextos para irse era que en ese momento estaba viviendo en un barrio peligroso y no quería involucrarme en ese ambiente, donde la violencia, la inseguridad  y delitos reinaban el lugar, además tenía una pareja nueva, no tenían absolutamente nada, quedé mal pero llegué a comprender".

A los pocos días Valeria volvió y le preguntó si para estar con ella él sería capaz de hacer cualquier cosa, como el deseo de Franco era poder permanecer con su madre, aceptó y estuvo dispuesto a sacrificarse usurpando una vivienda ubicada en Barrio Malvinas, Villa Carmela, era la única manera de tener un hogar y poder estar juntos, tenían en claro que las cosas no podían terminar bien, porque era ilegal lo que estaban por hacer, pero aun sabiendo el desenlace se arriesgó, esto implicaba dejar a su padre, quien no lo tomó de buena manera, trasmitió su enojo a los gritos y golpes.

Una vez ya instalados, dormían juntos en la butaca de un auto viejo que se encontraba en la vivienda, mientras que Alfredo, el novio de su mamá, en el piso, con apenas una vieja sabana. Poco a poco con pequeños trabajos recaudaban dinero e iban arreglando la casa donde vivieron por un tiempo, hasta que los verdaderos dueños se dieron cuenta, y como eran "policías corruptos, relacionados a las drogas" entraron violentamente con armas de fuego para amenazarlos y obligarlos a abandonar el lugar, pero ellos no hicieron caso, la única manera que funcionó para que se apartaran del hogar fue legalmente, dos años después de las advertencias.

Desde ese momento hasta la actualidad, viven en la casa del hermano de su mamá, quien hace poco tiempo se había casado y mudado a donde vive su mujer. También los ayudaba en lo económico y gracias a esto Franco pudo continuar sus estudios yendo a un acelerado, con un gran esfuerzo, sacrificio y rebuscando para conseguir dinero, con veinte años logró finalizarlos, la pobreza fue la lucha mas grande que tuvo.
Comenzó a estudiar profesorado en Ciencias Políticas, pero se le presentó el mismo problema de siempre, la falta de dinero, lentamente iba avanzando en su carrera terciaria, sacrificando muchas cosas, y trabajando en lo que se le presentaba a pesar de esta situación una hermosa noticia llegó, su mamá estaba embarazada, disfrutaban de ese maravilloso momento, hasta que un día cuando ella iba por el tercer mes de embarazo, Alfredo tomó sus cosas y se marchó sin decir adiós ni porqué, solo los abandonó. Desde aquel día a Franco solo le importaba que a su hermanito Felipe no le faltara absolutamente nada que no repitiera su historia, trabajaba y estudiaba duro para poder darle un buen futuro.



Las cosas fueron mejorando, tanto en sus estudios como en lo económico, porque había conseguido un trabajo estable. Se encontraba haciendo las prácticas de su carrera cuando un fuerte dolor en la ingle no lo dejó continuar con la clase que estaba dando, llamó a un amigo que lo buscará, y llevara hasta su casa, esa noche no pudo dormir del dolor, entonces a primeras horas de la mañana se presentó en el Hospital Ángel Cruz Padilla hizo todos los estudios correspondientes, y al día siguiente cuando pasó a retirar sus estudios y el medico no quiso hablar de sus análisis en ese momento, pidió hablar con su madre. Un día después Franco, Valeria y su madrina, ingresaron al consultorio y el doctor pidió amablemente que él quedará afuera en la sala de espera.

"Yo no entendía nada, la cara del doctor no trasmitía buenas noticias, se sumaron dos colegas más para hablar con mi mamá, se estaban demorando mucho y yo no aguantaba las ganas de saber que estaba pasando, mi mente estaba en blanco, enojado entré y la vi a mi madre llorando desconsoladamente como nunca antes, ni la voz le salía, le exigí al medico que me dijera que estaba pasando, y ahí fue cuando la peor noticia llegó a mi vida, me dijo que me detectaron un cáncer testicular, no conocido, pero que era bastante agresivo y que me quedaban seis meses de vida, fue la primera vez donde verdaderamente sentí miedo, desconocía la enfermedad, no sabia nada, solo sabia que la muerte estaba cerca, porque la gran mayoría de las personas tenemos un familiar o un conocido que murió de esta enfermedad, el doctor me tranquilizó y me dijo que debía hacer un tratamiento para salvarme, lo antes posible debía comenzarlo, yo no paraba de llorar y de pensar ¿cómo iba a dejar a mi mamá y hermanito solos? ¿ Y todas las cosas que me faltan por vivir? ¿Porqué a mi? no encontraba respuestas, no entendía si siempre fui una persona sana, jamas le hice mal a nadie, fue una bofetada, porque nunca creí que pudiera pasarme a mi, no encontraba una explicación, pero mis preguntas no tenían respuestas, fue lo que me tocó".


El cáncer, fue provocado por un fuerte golpe de hace mucho tiempo, y el único de estas características fue aquel del robo, cuando a penas tenía diez años. El tratamiento era urgente y Franco tenia demasiado miedo, no sabia como iba a terminar su historia, estaba totalmente angustiado, un día antes de empezar decidió escaparse, los nervios lo consumían quería estar solo y no pensar en nada, cuando su madre logró encontrarlo él tenía una parálisis en la mitad del cuerpo, causada por el estrés pero esto no impidió que comenzara con la etapa de las quimioterapias. Con lo sucedido Valeria tomó medidas y recurrió al padre, René decidió acompañarlos a la primera quimioterapia de su hijo. Fran notó la falta de interés por ciertas actitudes de su padre, que hacia notoria su indiferencia y falta de empatía. Tomó valor y lo enfrentó expresando lo que sentía "Si estas aquí por culpa entonces mejor vete, no me sirve de nada que te quedes solo por obligación"  fue ese el momento que culminó todo lazo y relación que los unía, desapareció totalmente de su vida.
De la primera sesión salió bien físicamente como si nada hubiera pasado, al igual que la segunda, tercera y cuarta, los médicos no podían creer la reacción de su cuerpo a tan fuertes medicamentos pero, en la quinta su cuerpo no resistió a las drogas por la falta de liquido, mientras mas agua tomas mas rápido es el proceso, porque la orina es el medio por el cual se eliminan esas sustancias. Quedó internado por primera vez en su vida en el Hospital Centro de Salud. Sentía que no era el mismo de antes, sentía fuego que le quemaba todo por dentro, no podía sentir el sabor a las comidas, se desquitaba haciéndose daño en su propia cara, del dolor insoportable que causaban las quimioterapias.

En la sala que le tocó pasar un largo tiempo, casi todos los días fallecía una persona, algunos en la primera quimioterapia quedaban internados, entraban en crisis y al día siguiente ya no despertaban, otros aguantaban un poquito mas, pero siempre alguien perdía la vida y esto llevó a que Franco pensará que en realidad el tratamiento era el que te iba matando, su medico no se lo negó pero argumentó que las quimioterapias mata todas las células, las malas pero también las buenas "debes aguantar" porque estas pueden volver a regenerarse, "aguanta estoy seguro que vas a volver a ser vos".




Mientras camina por el pasillo colmado de enfermos, no puede evitar pensar que no es el lugar donde quiere estar, quiere ganar la batalla, "en una final uno de los dos equipos debe ganar", y él quería tener el triunfo, quería salvar su vida, los médicos le decían que su mente tenía que ser capaz, todo es fuerza de voluntad y las verdaderas ganas de vivir, a pesar de todo lo que conlleva esa enfermedad.

Se hizo muy amigo, de un joven de 18 años William que también padecía de esta enfermedad, pero a diferencia de Franco, el perdió la movilidad, no podía hacer absolutamente nada por su propia cuenta. Pasaban horas y horas hablando de las cosas que querían hacer cuando logren salir de esa habitación, construyeron una hermosa amistad cada uno ya sabia toda la vida del otro, ambos se daban fuerzas y eso los mantenía bien y con esperanzas, sus uniformes eran una bata azul que los acompañaba todo el tiempo y el olor a cloro de hospital que se les volvió tan familiar.

Un día viernes Fran tiene el alta al terminar la primera fase de quimioterapias, con mucha felicidad fue a charlar con su compañero de habitación, que no se lo veía muy bien, quería darle palabras de aliento y demostrarle su apoyo incondicional, es ahí cuando encontró al pequeño hijo de William, encima de su amigo tocando su rostro y pidiéndole que por favor no deje de luchar, "papá, salí de aquí, quiero jugar con vos, quiero tenerte en casa conmigo y mamá, Te extraño". Era la primera vez en todo el año que le permitieron al niño ver a su padre. Fue inevitable no llorar, su corazón estaba desgarrado de dolor.

"Amigo vos podes, no bajes los brazos mira a tu hijo hermoso te está esperando, todo va a estar bien tenes que tener fuerzas y aguantar solo aguantar, dale que tenemos un asado pendiente y partidos que jugar, él reaccionó, abrazó a su hijo, me miró con lagrimas en los ojos y me dijo que quería salir, ese niño era su mayor fortaleza y ganas de continuar, necesitaba estar con su familia, se le dibujó una grande y bella sonrisa, me dio su mano, me dijo que vaya a disfrutar de la vida, que haga todo lo que no hice antes, que cuidara de mi hermanito y de mi mamá, que no me preocupara, él estaría bien esperando buenas noticias y preparado para ir a casa".

Ya en su casa, se encontraba desayunando a las 9 a.m cuando Valeria se acercó a él, en su cara se notaba tristeza y no sabia como expresar lo que estaba sucediendo, William perdió la vida, esa mañana su cuerpo no toleró mas el dolor, esto destrozó el corazón de Franco, fue un golpe muy duro la tristeza invadió su alma, y perdió las esperanzas, llegó a pensar que el próximo en partir de esta vida era él, porque si su amigo que era una persona con tanta voluntad con tantas ganas de seguir adelante, de superar la enfermedad no lo consiguió el tampoco lo haría. No podía ir a despedir a su amigo, no podía acompañar a su familia, porque debía hacer reposo los tratamientos lo dejaron muy débil y tenia que recuperarse, le pidió a su mamá quien lo estaba cuidando que fuera a darle el ultimo adiós, de esta manera quedó solo en casa acompañado de una profunda angustia e inundado de lagrimas, no se sentía bien de ninguna manera, al ir al baño cayó desmayado, cuando logró recuperarse un poco fue hasta su habitación y ahí se quedó aguantando el dolor hasta que regresó su mamá, no quería comer ni muchos menos beber agua, sentía que ya nada era igual.

Volvió al hospital, otra vez en aquella habitación donde creó esa hermosa relación de amistad, sentía que no estaba completo que una parte de él faltaba, por su cabeza pasaban un millón de pensamientos, también estaban grabadas en su mente, sus interminables conversaciones y sentimientos que ambos expresaban, era inevitable no llorar y extrañar su compañía. Le tocaba el último ciclo de la quimioterapia, y lo único que sentía es que en cualquier momento seria su turno de perder, todos sus seres queridos llegaban a darle palabras de aliento, siempre la sala estaba poblada de amistades y familiares, le alegraban los días y le trasmitían esperanzas, le llevaban cartas, carteles, regalos y golosinas. Aparecían personas que por una cosa u otra hace mucho tiempo no lo veían, le desmostaban mucho amor, hasta personas que él ni siquiera se imaginaba. Esto volvió a despertar las ganas y las fuerzas en Fran, como resultado terminó bien la última etapa. Siempre le hacían los controles y estaba bien, estaba curado, ganó la batalla mas importante de su vida, le ganó al cáncer.

"El día 19 de cada mes camino hasta la Iglesia San Expedito para agradecer que estaba curado y para pedir por cada ser querido, todo el tiempo doy las gracias a las personas que estuvieron en el peor momento de mi vida, mas allá de ciertas situaciones que me tiraban el mundo abajo y creía que ya no pedía, muchas veces creí bajar los brazos en esas ocasiones, pero en el fondo de mi corazón siempre supe que podía lograrlo porque no estaba solo, jamas me dejaron, ni siquiera William cuando se fue, hasta el día de hoy el esta aquí conmigo en mi corazón presente, siempre todas las personas que me rodean me apoyaron y me dieron fuerzas, hasta personas que no me conocían, esas buenas vibras me salvaron la vida, gracias a Dios y a todas esas personas me ayudaron a ganar esta gran batalla, la batalla de mi vida".

Recuperó su vida normal, volvió a retomar sus estudios, la docencia, aquella profesión que tanto le apasionaba, quería terminar lo que había empezado, con la ayuda de todos sus compañeros y profesores logró ponerse al día, le daban aliento, lo ayudaban dándole una mano con los apuntes, disfrutaba de cada momento, de cada persona y de cada detalle, fue el mejor año de su vida,  pudo recibirse de Profesor en Ciencias Políticas, tuvo su cena de egresados.
Hoy en día se encuentra feliz disfrutando de su vida, con muchos planes en mente y proyectos a largo plazo para su futuro, especializándose en lo que le apasiona, con un trabajo estable, y sobre todo puede disfrutar de su Mamá, de su hermanito Felipe también de todas las personas que están presentes en su vida. Quiere brindarle bienestar a su familia como cualquier persona, su mayor anhelo es viajar para conocer el mundo y formar su familia.


El cáncer le cambió la vida, supo lo que es estar enfermo verdaderamente, conoció el miedo. Desde pequeño se le presentaron diferentes situaciones en su vida y gracias a ello fue formando la persona fuerte que es hoy, esas circunstancias le enseñaron a vivir con los obstáculos que se le cruzaban en su vida, a menudo y superaba día a día lo que le tocaba, todos los días le agradece a Dios por tener un día mas y poder disfrutar de su vida

"Gracias a todas esas personas que jamas me dejaron solo, pude superar la enfermedad, terminar mi carrera, hoy soy quien soy gracias a todo lo que me pasó, valoro hasta lo mas mínimo y no me hago problemas por las cosas, porque todo en la vida tiene solución, siempre tenemos que tratar de ser el mejor, pero no comparado a los demás, sino a uno mismo esa es la superación, con fuerzas y ganas todo se puede es cuestión de creernos un poquito que nosotros podemos, nuestra mente es el poder, solo tenes que prepararte para la gloria y no es solo un decir porque yo realmente lo deseaba y lo sentía con el corazón, sabia que era largo el viaje y como todo viaje en algún momento se llega al destino, si quieres algo es tuyo, solo ve y tómalo, No importa si algo te sale mal, se feliz y volvé a intentarlo, lo que te propongas vas a lograrlo, pero depende de ti. Cada persona es guerrera y esta peleando su propia batalla de la cual tu no sabes nada, nadie es mejor que tu, ni tu mejor que nadie, ni las notas ni la profesión, representa el valor de ningún ser humano".









Palabras de Franco Montenegro, protagonista de la historia 


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